Ángel Nieto Ríos. Teniente de Ingenieros del E.T. OF-1 TEDAX /EOD/IEDD
En el ámbito de los incidentes con Artefactos Explosivos Improvisados, IED en sus siglas en inglés (Improvised Explosive Device), el concepto de enemigo se identifica con el de “otros actores” al no corresponder su organización necesariamente con fuerzas regulares. Esto quiere decir que las relaciones de las organizaciones propias con las diferentes “partes” (autoridades y dirigentes políticos) y “facciones” (grupos armados) de una crisis o conflicto pueden abarcar un abanico de posibilidades más amplio y complejo que la pura y manifiesta hostilidad.
Es dentro de esta amplia gama de posibilidades donde se mueve este “nuevo enemigo”, utilizando medios, armas y tácticas no convencionales. Es lo que se denomina la Agresión Indirecta, donde el enemigo no recurre, al empleo abierto de la fuerza, sino que ataca utilizando acciones de espionaje, sabotaje, crimen organizado y, finalmente, terrorismo.
Los terroristas, son individuos o grupos de personas que realizan y apoyan acciones intimidatorias con finalidad subversiva. El carácter de su alcance fue en principio regional o nacional, pero actualmente se puede asegurar que el terrorismo se ha beneficiado del concepto de la globalización.
Desgraciadamente, los terroristas, sus procedimientos y los elementos materiales que utilizan para llevar a cabo las acciones asesinas, se mueven de un sitio a otro, sin respetar distancias ni fronteras, en plazos de tiempo cortos.
Las acciones terroristas condicionan la libertad de acción, y la capacidad de decisión estará restringida por la amenaza del terrorismo, teniendo que sustraer recursos humanos y materiales para proteger nuestras actividades e instalaciones y combatir a los grupos terroristas.
La libertad de acción también se ve afectada a causa de los ataques terroristas, ya que la posibilidad de decidir, preparar y ejecutar los planes propios estará limitada por estas acciones, que siempre hay que prever a la hora de acometer las actuaciones.
Para conseguir los objetivos los grupos terroristas utilizan todo tipo de armas y explosivos, incluyendo, en el caso de que pudieran tener acceso a ellas, armas de destrucción masiva.
Sus tácticas son variadas:
- Ataques al personal.
- Ataques a convoyes.
- Ataques a instalaciones.
Utilizan armas ligeras, sistemas de lanzamiento tanto de los considerados reglamentarios como improvisados, cohetes, secuestros, difusión de un agente químico o biológico para contaminar, por medio de los sistemas de ventilación o de suministro de agua, una determinada área, ataques suicidas y uso de Artefactos Explosivos Improvisados: IED,s.
IEDs, Artefactos Explosivos Improvisados
El IED es un ingenio explosivo, incendiario o tóxico, cuya finalidad es dañar a las personas o los objetos, o causar alarma.
Puede adoptar una gran variedad de formas y sistemas de iniciación, en función del objetivo, tecnología y material disponible.
Los terroristas, pueden depositarlos sobre el objetivo o en un lugar donde se espera su paso, enterrarlos, lanzarlos, guiarlos o enviarlos por medio de un sistema de correo o medio de transporte.
Pueden encontrarse camuflados en todo tipo de contenedores, como envases de bebidas, fiambreras, paquetería postal, municiones, vehículos, personas, tanto vivas como muertas, y un largo etcétera, ya que absolutamente todo es susceptible de ser transformado en un IED.
Hay que intentar que las acciones propias se vean afectadas lo menos posible por las actuaciones de los grupos terroristas y más concretamente, por los ataques al personal propio, instalaciones y recursos por medio de IED,s. Es decir, hay que procurar mantener la libertad de acción y la capacidad de ejecución.
Las implicaciones que tendrán los ataques con IED,s en nuestras actividades serán mayores cuanto más tardemos en detectar y neutralizar por consiguiente estos ingenios. Una secuencia deseable de la detección de una acción terrorista con IED sería la siguiente:
- Antes que ninguna otra detección, es mejor conocer y localizar las fuentes de suministros, tanto materiales como económicos, así como las redes de reclutamiento y lugares de instrucción de los potenciales terroristas. Esta detección muy temprana (que de ser así permitiría su neutralización) es mejor que detectar el planeamiento de la acción terrorista que se pretende realizar.
- Pero conocer con anterioridad el planeamiento de la acción, será mejor que detectar la fabricación del IED y su desplazamiento para colocarlo sobre el objetivo.
- Ya, por último, si el IED está dispuesto para causar bajas, su detección y neutralización previa, antes que nos sorprenda, es de vital importancia.
- Pero si el enemigo consigue actuar, es preciso adoptar de manera metódica las medidas de protección, reacción y control de daños para que los efectos de la acción terrorista sean los mínimos.
Conclusión: detectar cuanto antes y más lejos, mejor. Detectar con amplios márgenes de tiempo y espacio.
En esta lucha, inevitablemente habrá que poner en juego múltiples recursos, tanto humanos como materiales. Pero estos, no se centran exclusivamente en el personal, material y Equipo de Desactivación de Explosivos, EOD (Explosive Ordnance Disposal). Ellos intervendrán cuando el IED este operativo y en condiciones de conseguir su propósito. Antes, otro personal, otro material y otro equipo estarán trabajando para evitar que el IED llegue allí.
El papel que juega en esta lucha la Contrainteligencia y la Seguridad es de capital importancia.
Contrainteligencia y Seguridad
La Contrainteligencia, tiene como una de sus finalidades detectar la amenaza a la seguridad que plantean las organizaciones, grupos o células terroristas. Para ello ha de ser capaz de ponerse en el lugar del enemigo e intuir su forma de actuar para que se puedan prever sus actividades y neutralizarlo tempranamente.
En función del nivel de actuación, primarán las actividades de Contrainteligencia o las de Seguridad, siendo lo normal, que la Contrainteligencia adquiera protagonismo en los niveles más elevados.
La Contrainteligencia, inicia su actividad antes de la instalación sobre el terreno de forma que cuando esto suceda, se tenga conocimiento de la naturaleza, intereses y actividades de las diferentes partes protagonistas en el conflicto; identificando aquellas que puedan ser hostiles o evolucionar como tales.
La Contrainteligencia, tendrá una “carga política” que obligará a que su empleo tenga que ser muy cuidadoso. Por ello, mientras sea posible se preferirán las medidas pasivas de contrainteligencia a las activas. Es decir, volcar el esfuerzo en ocultar información al enemigo: “ocultarnos de sus vistas”, lo que implica una estrecha coordinación de sus actividades con aquellas relacionadas con la seguridad.
Tarde o temprano, las bandas terroristas obligarán a ejecutar medidas activas de Contrainteligencia porque finalmente habrá que neutralizarles. En busca de la detección temprana (anticipación) de las actividades terroristas, primero habrá que identificarles para, posteriormente, localizar y eliminar todas sus fuentes de suministro y financiación, así como las instalaciones y los recursos humanos y materiales con los que dirigen y planean los ataques terroristas, instruyen a su personal y almacenan los diferentes elementos con los que posteriormente construirán los IED,s.
La Seguridad, como principio operativo, tiene dos vertientes: la que se orienta a controlar la información que pudiera llegar al enemigo o adversario y la que se orienta a la autoprotección.
El conocimiento por parte de los grupos terroristas de nuestros planes, actividades y vulnerabilidades condicionará el éxito propio. Resulta vital que estos aspectos se oculten al enemigo (OPSEC)[1], mediante procesos por los se proporcione seguridad adecuada a las actividades, mediante el empleo de medidas activas o pasivas para negar al adversario el conocimiento de dispositivos, capacidades e intenciones propias.
Al enemigo no será posible ocultarle todo y, donde el enemigo no es fácilmente reconocible y los medios de comunicación tienen amplia libertad de movimientos, mucho menos. Por ello, habrá que concentrarse en la identificación y protección de aquellos aspectos que se consideren vitales para el éxito de las actuaciones. Para ello, el análisis de las actividades propias debe de realizarse desde el punto de vista de los grupos terroristas. Esto facilita identificar las vulnerabilidades propias en materia de seguridad e iniciar la aplicación de las medidas necesarias.
Para llegar al final de este proceso, primero hay de identificar nuestros Elementos Esenciales de Información, que, de ser conocidos por el enemigo, podrían comprometer, conducir al fracaso o limitar el éxito de una actuación. Posteriormente, habrá que analizar a los grupos terroristas, de forma que, relacionándolos con nuestros Elementos Esenciales de Información, se determine de qué forma podrían intentar llegar a disponer de esa información crítica para llevar a cabo sus acciones terroristas. El siguiente paso será analizar nuestras vulnerabilidades. Una de las grandes vulnerabilidades, explotadas al máximo por los grupos terroristas, es la opinión pública, necesario soporte para los grupos que operan sobre el terreno y que siempre será factor a tener en cuenta en el planeamiento de las actuaciones, limitándolas en muchas ocasiones. Finalmente, después de evaluar el riesgo que comporta para las actuaciones cada una de las vulnerabilidades, se proponen medidas de Seguridad para paliarlas en lo posible.
¿Qué vulnerabilidades intentan los terroristas explotar con sus ataques con Artefactos Explosivos Improvisados? Fundamentalmente dos. La primera, es el efecto negativo que se produce en la opinión pública cuando se producen bajas propias y, la segunda, es que el éxito de nuestras actuaciones depende, en parte, de la necesaria predisposición favorable, y por tanto colaboración, de la población civil del área donde se desarrollan las actividades.
Medidas de protección contra ataques con IEDs
Las principales medidas pasivas para reducir el riesgo de ataques con IED,s serán impedir la observación del adversario y evitar la rutina. Con respecto a la primera, nuestras instalaciones deben de disponer de una amplia área de seguridad en donde no haya ningún tipo de actividad local. Es decir, viviendas y comunicaciones deben de estar fuera de esta área de seguridad, cuyas dimensiones dependerán de la capacidad de visión directa por parte del enemigo. Misiones de patrullaje y reconocimiento con misión de detectar y disuadir a posibles observadores.
Nuestros movimientos también serán observados. De todas formas, el peor enemigo será la rutina en los movimientos; se deberá buscar rutas alternativas, comportamientos aleatorios, cambios de horarios, así como sensores que detecten actividades de vigilancia y seguimiento.
Se entiende por protección propia, circunscribiéndolo al caso de terrorismo, al proceso cuya finalidad es conservar la capacidad de ejecución de las actividades preservando la integridad, contrarrestando las amenazas terroristas. Busca, principalmente, reducir el número de bajas y el impacto que ello conlleva en la opinión pública. Representa la parte de seguridad, destinada a proteger físicamente a nuestro personal, instalaciones, medios y actividades alimentándose de la Inteligencia y Contrainteligencia, y coordinándose con otras operaciones de seguridad, finalmente incluye las Operaciones de Desactivación de Explosivos, EOD (Explosive Ordnance Disposal).
En el proceso a seguir para determinar las medidas de protección que hemos de aplicar se deben evaluar las amenazas (deben incluirse la amenazas interna o Insiders en todos los procesos) y nuestras vulnerabilidades para después determinar las medidas de aplicación por una persona, grupo o instalación, contra una amenaza específica. En este caso las acciones terroristas, en un específico momento y lugar. Estas medidas podrán suponer la puesta en vigor de determinados procedimientos, disciplina en el uso de determinado equipo y material, confección de Planes de Seguridad de las instalaciones y programas específicos de instrucción y concienciación.
Tomando como amenaza la de los IED,s, se debe de concretar y definir unos niveles de alerta personal, para vehículos, comunicaciones e inhibidores, si se dispone de ellos. En los Planes de Seguridad de las instalaciones y de Autoprotección, también deben de contemplarse niveles de alerta, de forma que se incluyan las correspondientes medidas de control del personal, de movimiento de vehículos y de documentación, bien sea esta en papel o en soporte informático.
Las principales bajas por ataques con IED,s se producen cuando el personal está en movimiento o contra las instalaciones. Medidas activas encaminadas a la protección contra estos ataques, serán los reconocimientos que buscarán una detección temprana de los IED,s, mientras estos se están desplazando o cuando están ya instalados a lo largo de las rutas o en las proximidades de nuestras instalaciones. Normalmente, el entorno favorece al terrorista: coches abandonados, basura, vegetación espesa y descuidada, etc, van a ser perfectos escondites para ubicar subrepticiamente los IED,s. Es necesario que estas misiones de reconocimiento estén apoyadas por medios que permitan detectar, en tiempo y espacio, los IED,s independientemente del entorno donde se encuentren.
En el caso de que se produzca un ataque con un IED a una instalación, los materiales de construcción y protección u otros materiales, como el geotextil, el poliuretano o aquellos que permitan reducir o neutralizar las proyecciones, resistir los efectos de un incendio, e incluso evitar el colapso de los elementos resistentes del edificio en caso de ser atacado con un Artefacto con gran cantidad de explosivo, son medidas de protección a tener en cuenta y, desde el punto de vista tecnológico, un campo donde aún queda margen para seguir investigando y desarrollando nuevos materiales.
Es conveniente, que determinados procedimientos especiales y programas específicos de adiestramiento, instrucción y concienciación sean incluidos dentro de las medidas preventivas y de protección. Todo el personal, debe estar concienciado del peligro terrorista, debe conocer sus procedimientos y saber detectar e identificar, de forma general, los IED,s, así como ser capaces de identificar diferentes indicios que pueden hacer pensar que estamos ante un posible ataque con IED y, lo que es más importante, saber reaccionar debidamente frente a un ataque terrorista o, en el caso de una detección temprana, cuales deben de ser las pautas de comportamiento a seguir, así como el canal y procedimiento para informar. El asesoramiento EOD en la confección de los procedimientos especiales y programas de instrucción, adiestramiento y concienciación es fundamental.
Los EOD,s, son empleados para anular o reducir el peligro que pueda producir cualquier ingenio nuclear, biológico, químico, explosivo o en general agresivo no controlado en la cadena logística, tanto en su conjunto como en cada una de sus partes.
Las capacidades que proporcionan, se materializan mediante la prevención, detección, anulación o la eliminación de los incidentes IED,s que, por su existencia, ponen en peligro la movilidad y el funcionamiento de las instalaciones, desorganizan las comunicaciones, degradan la moral o paralizan las Infraestructuras Criticas (IC) y los Servicios Esenciales, como: puertos, vías navegables, aeropuertos o núcleos urbanos, etc.
Dentro de sus capacidades, las Unidades EOD cuentan con la competencia de anular el ataque con un Artefacto Explosivo Improvisado en el último momento, cuando éste está dispuesto para actuar y añadir nuevas víctimas a su finalidad terrorista. Son el último recurso cuando no ha sido posible neutralizar o minimizar con anterioridad la amenaza durante su concepción o gestión.
Estos equipos, son muy especializados en sus cometidos, están dotados con los mejores medios posibles y están preparados en todo momento para actuar. Pero este importante potencial de actuación y de anulación de la amenaza “in extremis”, no debe enturbiar el resto de cometidos de asesoramiento e inteligencia técnica que los especialistas EOD son capaces de aportar. Su asesoramiento a la hora de analizar futuras actuaciones puede ser decisivo para un buen planeamiento.
En la lucha contra el terrorismo, son muchos los actores que, de una forma u otra, están implicados. De manera aislada, su rendimiento, si no nulo, es escaso. Contrainteligencia, Seguridad, Plan de Amenaza Interna, Operaciones EOD, e incluso Operaciones Psicológicas son elementos fundamentales en esta lucha. Así mismo también son necesarios recursos materiales en los que la investigación, innovación y desarrollo tecnológico son imprescindibles.
Se puede concluir que cuanto más se tarde en detectar las actividades de los grupos terroristas, sus acciones tendrán influencia más impactante en el desarrollo de nuestras actuaciones.
[1] Seguridad de Operaciones